El ascensor es un elemento tan cotidiano en nuestra vida diaria que conviene reparar en las razones y circunstancias de su existencia. ¿Quién lo inventó? ¿Cuándo? ¿Qué consecuencias tuvo sobre la vida moderna? Conoce un poco más sobre el origen del ascensor gracias a esta breve guía.
Origen del ascensor: ¿Cuándo y como ocurrió?
Antes de los ascensores que hoy conocemos, el origen de los ascensores fueron los ingenios mecánicos accionados por humanos o animales. Lo hacían a través de una polea, una plataforma atada a un extremo de la cuerda, y personas o caballos que tiraban del otro extremo.
Más tarde se inventaron los ascensores mecánicos para pasajeros. Fue en el siglo XIX. Sin embargo, la fiabilidad de estos primeros modelos, que funcionaban mediante vapor, era escasa, lo que repercutía en numerosos artículos periodísticos que alertaban sobre sus peligros. ¿Cómo se llegó, pues, a perfeccionar este sistema, hoy considerado de los más seguros?
El primer freno de seguridad
Te suena el nombre de Otis, ¿verdad? No sólo por ser el de uno de los cantantes afroamericanos más emocionantes del soul, sino por verlo inscrito en multitud de elevadores. Pues bien, hace referencia a Elisha Otis, que en 1852 inventó el primer freno de seguridad para ascensores. En 1857, Otis implementó este sistema en un ascensor de vapor con freno de seguridad para un edificio de cinco plantas.
El sistema hidráulico
Quince años más tarde, su colaborador, C. W. Baldwin, patentó el elevador hidráulico de engranajes, que sustituyó al vapor. Funcionaban mediante la acción de la presión del agua. El éxito fue tremendo, hasta el punto de que las zonas de trabajo empezaron a ubicarse en las plantas superiores. Hasta ese momento, se prefería las plantas bajas por su comodidad, pero con las garantías del nuevo modelo se percibieron los bajos como sitios poco amables, por su ruido y su humedad, para el trabajo diario.
El origen del ascensor eléctrico
En 1880 empezaron a salir al mercado los primeros ascensores eléctricos de engranajes. Sin embargo, al principio eran muy lentos, por lo que se reservaban para los edificios con pocas plantas. Esto cambió principios del siglo XX, cuando la empresa Otis Elevator Co. instaló sus primeras máquinas con tracción eléctrica sin engranajes. Los ascensores hidráulicos pasaron entonces a mejor vida. Los nuevos modelos de ascensores que se originaron eran rápidos y con límites de altura muy elevados, y suponen el precedente más inmediato del actual sistema.